El tiempo es el mejor regalo

Los 27 han llegado. ¡Carajo! Qué rápido pasa el tiempo.

La verdad es que no soy muy fan de los cumpleaños, aunque tampoco soy muy grinch al respecto. Lo que también es verdad, que uno tiene sólo 1 día al año en el que todos a tu alrededor se acuerdan de ti así sea porque Facebook pusiera de su parte, pero en mi caso, en lugar de ser de aquellos que aman la atención que reciben en ese día, prefiero mucho más la atención que pone uno mismo al recapitular todo lo que ha hecho en esos años maravillosos que ya quedaron atrás.

¡Uf! Si yo les contara aún más todo lo que he pasado. En 27 años he asistido a más funerales que a fiestas sorpresa, he abierto más botellas de alcohol que regalos, y definitivamente he besado a más personas de las que me he llegado a enamorar. He conocido gente maravillosa que al final no lo fue tanto, y personas a las que no les di mucha importancia que con el tiempo demostraron ser especiales, he dudado de mí mismo y he aprendido a reconocer uno que otro talento que me impedía ver.

Mis años de adolescente fueron una locura. Recuerdo a mi pobre madre esperarme despierta junto al teléfono, rezando para que cuando sonara no llamaran de la cárcel o peor aún, del hospital. Sí, hice todas esas pendejadas que uno se da el lujo de cometer cuando es joven, y quizá muchas más.

De los 16 a los 25 festejé cada cumpleaños con una pareja diferente, y en muchas de esas ocasiones también en un lugar distinto, pues he cambiado tantas veces de ciudad que ahora ni siquiera puedo decir que pertenezco a algún lugar en específico. He bebido más alcohol del que podrías encontrar detrás de la barra de un antro, he despertado sin saber en dónde estoy, o quién está a mi lado. He perdido gente que amo, y he amado gente que se encuentra perdida.

En 27 años he sido mesero, mandadero, cajero, asistente, modelo, aspirante a actor, locutor, conductor, vamos, que he sido todos los personajes de Cantinflas. Y de todo lo que he hecho me siento orgulloso, porque todo ha sido parte del camino que me ha llevado hasta este punto.

Hace un año, “festejé” mi cumpleaños sin nadie a mi alrededor, sin comer siquiera, y sin un peso. Sin regalos, sin abrazos, sin alguien a mi lado con quien verdaderamente quisiera estar. ¿Deprimente, no? Honestamente creo que todos tenemos lo que merecemos, y hace un año yo merecía estar completamente solo. Y lo que aprendí de ello, es que no importa cuánto creas que no mereces ser feliz, lo que importa realmente es lo feliz que haces a otras personas quizá sin darte cuenta.

Hoy puedo decir que los 12 meses que duraron mis 26, fueron los peores de mi vida, los más difíciles y en donde me he visto en situaciones desconocidas, pero igualmente ha sido el más reconfortante de todos, y del que me siento más agradecido. Hace un año no pasaba ni siquiera por mi mente el que otras personas leyeran todo lo que hay en mi mente lunática, y hoy es la realidad más chingona de mi vida.

Sin duda este año ha sido el más diferente de todos, lo festejo rodeado de demasiada gente que me aprecia, desde los que me conocen, hasta los que me leen y jamás me han visto, pero pueden llegar a sentir lo mismo que yo a través de las palabras. Hoy lo festejo por primera vez sin una pareja, es más, sin alguien en quien esté interesado siquiera, pero lo festejo contento, realizado y orgulloso porque lo mejor que he hecho hasta el día de hoy se encuentra en estas palabras, se encuentra en tus ojos que están leyendo esto, se encuentran en que tú, desconocido, desconocida, me regalen unos minutos de su día para leer lo que sea que tengo qué decir, y el mejor regalo que le puedes hacer a alguien es tu tiempo.

 

En esta publicación quizá no te hablo de mis fracasos amorosos o de lo difícil que es salir con alguien en estos tiempos en los que encontrar el amor se ha vuelto más difícil que creer en la inteligencia de nuestro presidente, no. Esta entrada es únicamente para decirte GRACIAS, porque si algo me queda muy claro, es que este cumpleaños #27 es el mejor hasta ahora, y todo es por ti. Así que mi regalo de mí para mí es este, el único, simple y desinteresado hecho de decir: ¡GRACIAS! Por los comentarios, por compartir mis locuras, por tu valioso tiempo, y hasta por las mentadas de madre, porque créeme que esas, las disfruto muchísimo más.

¡Feliz Cumpleaños a mí!