Para ligar no debes cambiar. Por qué no escuchar consejos para dejar la soltería.

 ¿Y a ti qué te importa? Muchas veces he querido responder con esa frase a tantas cosas que la gente le dice comúnmente a otras personas, yo incluido. Por supuesto que en ese momento me vienen a la mente las enseñanzas de mi madre acerca de buenos modales y sólo les regalo una sonrisa, pero últimamente he llegado a pensar que todos esos “consejos” que otros nos dan a los solteros para dejar de serlo a veces pasan el límite de lo que inicia como el intento de ayudar.

Empecemos desde el punto base: Nadie es perfecto. Y cuando digo nadie, quiero decir NADIE. No, ni tú que tienes cuerpazo y estás guapísimo, ni tú que traes decenas de tipos detrás de ti y recibes no sé cuantos comentarios al día de lo guapa que estas. Aunque sea difícil de aceptar, la realidad es que SIEMPRE existirá alguien más bello que tú. Habiendo dicho eso, ahora sí puedo continuar con lo que me ha estado rompiendo las pelotas las últimas semanas.

Va, somos solteros y el ser humano por naturaleza está acostumbrado a la idea de estar en pareja, de compartir, de encontrar a su otra mitad y por ende una plenitud sentimental y emocional. ¡No miento! Por alguna extraña razón esa es una idea muy aferrada en nuestras mentes, a pesar de que muchos de nosotros tratemos de ir en contra. El problema se deriva cuando aquellos a nuestro alrededor adoptan el papel de consejeros, asesores de imagen y expertos en el amor. Sí, esos “amigos”, familiares o conocidos que tienen tanta seguridad en sí mismos que no sienten reparo alguno en decirnos qué es lo que nos hace falta para conseguir pareja.

¿O no? Nunca falta la amiga que te diga que te arregles un poco más, que cambies los tenis por tacones y los jeans por faldas. Aquella que te recomienda ser más femenina y dejar de lado ciertas actitudes que cree podrían estarte espantando el ganado. ¿Y qué hay del amigo que jode todo el tiempo con que te metas al gym? Porque claro, un hombre sin un cuerpo trabajado y musculoso es mucho menos atractivo, te dicen que te pongas a dieta si es que tienes algunos kilos de más, que dejes de fumar porque para muchos es molesto o que mejores tu estilo al vestir. Claro está que todos y cada uno de los consejos que nos dan vienen llenos de cariño y preocupación hacia nuestro bienestar emocional. ¡A LA MIER-DA!

En mis 26 años de irreverente existencia he escuchado infinidad de veces que estoy muy flaco, que ir al gym y tomar proteína me ayudaría a tener muy buen cuerpo y que así sería mucho más atractivo. Honestamente hace algunos años llegué a pensar que así sería, escuchaba los consejos y los aplicaba porque en cierta parte tenían razón, pero la realidad de las cosas es que no lo hacía por mí, no por salud, no por ayudar a mi autoestima. Lo hacía por todas aquellas personas que querían verme de esa forma, por agradar, por cumplir con los estándares de “belleza” que tanto nos imponen los demás.

Que si te cortes el cabello, que si eres muy pacheco, que si te sometas a tratamiento dental. ¡Uy! Depílate, déjate la barba, o mejor no porque no se te ve tan bien. No uses ese tipo de ropa porque no te va, no comas tanto, o come más que te hace falta. ¿Quieres conseguir pareja? Tienes qué hacer algunos cambios, pero no te preocupes porque te van a ayudar a ser más atractivo… ¿Hasta dónde es conveniente escuchar todos esos comentarios disfrazados de consejos? ¿En verdad es preocupación o es mero espíritu chingativo?

Una cosa es que tú decidas hacer cambios, que te preocupes por ti, por verte bien, por cuidar tu cuerpo y tener una buena imagen, pero es importante que sea única y exclusivamente por gustarte a ti. ¿Qué nadie te va a querer ligar justo como eres? ¡MENTIRA! Para encontrar el amor no se necesita cambiar, no necesitas tener un cuerpo de concurso, cabello Pantene o sonrisa Colgate, no se necesitan músculos y barbas perfectas. Alguien va a quererte y aceptarte así como estás, porque si tú eres feliz con lo que tienes, lo que menos importa es lo que opinen los demás. Basta de intentar gustarle a alguien por algo que no somos, por esforzarte para lograr aceptación, que la única aprobación que necesitas es la tuya.

Yo era de los que trataba de ser el tipo que querían, de los que iba al gym si sabía que eso le gustaba a la otra persona, de aquellos capaces de transformarse con tal de parecer más atractivo. ERA, porque con el paso del tiempo te das cuenta de que las cosas no funcionan así. ¿De qué sirve que les atraiga un cuerpo o una forma de vestir? ¿Se clavan contigo o con el exterior? Si bien es cierto que la atracción física es básica para relacionarse con alguien, también es cierto que lo que es bello para algunos para otros puede no serlo, y que lo que otros piensan que no es “suficientemente bueno” para alguien más puede ser bastante.

Deja de escuchar consejos y escúchate a ti, a lo que tú quieres y te hace feliz. Si estás contento con tu cuerpo como es, alguien lo estará también. Si quieres mejorarte por estar bien contigo mismo, adelante, pero siempre hazlo por ti. Siempre he creído que no importa cómo te vean los demás, lo que verdaderamente importa es cómo te veas tú mismo. Siempre he creído que una persona con seguridad es mucho más atractiva que una bella físicamente, pero muy probablemente insatisfecha. Una personalidad atractiva es mil veces mejor a la hora de estar con alguien. Muchas veces me preguntaba por qué los comediantes tenían esposas tan guapas siendo ellos tan feos, hasta que me di cuenta que lo importante de una relación no es el físico, sino estar con alguien que pueda hacerte reír aún cuando estás triste.

¿Cuál es la urgencia por estar en una relación? Disfruta tu tiempo, disfrútate a ti, que cuando te llegue llegará enamorándose de lo que eres, no de lo que otros quieren que seas. Y si alguien en algún momento otra vez te “aconseja” cambiar algo para verte mejor, quizá entonces sea hora de olvidar los modales y responder con un educado y lleno de cariño: ¿Y a ti qué te importa?

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