Borrando Tatuajes: Aquí los métodos y riesgos antes de que tomes la decisión.
Yo no sé ustedes, pero al
menos yo estoy cansado de que la gente juzgue y haga suposiciones acerca de mí
(o de otras personas) por el simple hecho de tener tatuajes. Que si son marcas
para toda la vida, que si no podré donar sangre jamás, que si es una costumbre
que únicamente adoptan las personas de la calle que andan en pandillas matando
gente y secuestrando cristianos, que nadie me va a dar trabajo o que llegaré a
un punto de mi vida en el que me puedo arrepentir de haberme decorado la piel.
Aunque por el momento no me
arrepiento de nada y, al contrario, no veo la hora de seguir llenándome el
cuerpo con diseños cada vez más complejos (y uno que otro que no lo es tanto,
pero me parece divertido), la idea de que quizá algún día no me gustará alguno de mis tatuajes sí me ronda la mente. Y
es que seamos honestos, a pesar de que la elección de un tatuaje se tiene que
tomar en serio porque será algo que llevarás toda la vida contigo, no podemos
descartar la opción de que en 10, 20 años o menos miremos nuestro brazo, pecho
o cualquier otra parte del cuerpo y no nos guste tanto lo que vemos ahí. Es por
eso que este mes les hablaré de todas las opciones, procedimientos y riesgos
que existen a la hora de decidir eliminar un tatuaje.
Empecemos por el hecho de
que un tatuaje nunca se eliminará en un 100 %, eso es seguro, y aunque la tinta
bien puede desaparecer casi del todo, siempre quedará una marca de cierto tipo
en la piel, llámese cicatriz, mancha, pigmentación o lo que sea. Así que antes
de someterte a este tipo de procedimiento piénsalo dos veces pues el resultado
puede no ser como lo imaginaste.
Existen varias técnicas
para eliminar un tatuaje, y aunque todas ellas ofrecen resultados
“maravillosos” y casi inmediatos tienes qué pensar muy bien cuál de ellos te
conviene más. Aquí las opciones:
Dermoabrasión: ¡Esta duele
cañón! Consiste en raspar las capas de epidermis de la zona tatuada para así
remover el pigmento coloreado que forma el tatuaje, pero también remueven la
piel. Ouch.
Salabrasión: Aquí se
requiere anestesia para lijar la piel usando una sal especial para remover el
tatuaje, es parecido a la dermoabrasión y es imposible que no queden
cicatrices.
Escisión: Aquí lo que hacen
es ir cortando poco a poco la imagen en diferentes sesiones, regularmente
dejando cicatrices poco estéticas y la neta muy feas. Piénsale.
Láser: Esta es quizá la más
conocida. Se envían pulsos de luz a las capas de la piel en las que se
encuentra el tatuaje, dirigidos a pigmentos específicos que posteriormente
serán eliminados por el sistema inmunológico del cuerpo. La sensación al
remover un tatuaje con esta técnica es muy similar a la que se tiene al momento
de haberse rayado, y los efectos secundarios que puede llegar a tener son o que
esa parte de piel se oscurezca más que la otra, o que se aclare. Algo así como
las personas que padecen de vitiligo, pero quizá no tan pronunciado.
Usando técnicas láser es
más efectivo asegurar una eliminación mayor cuando se trata de diseños en
colores negro, azul oscuro o rojos, que ceden tras sólo 4 sesiones, en cambio
cualquier otra tonalidad necesita de 8 sesiones o más para desaparecer casi del
todo.
Luz Pulsada Intensa: Este
tratamiento es muy similar al láser, y aunque se dice que es mucho más efectivo
y menos doloroso también es más caro.
Cremas: Investigando acerca
del tema me topé con que existen cremas que aseguran una remoción absoluta del
tatuaje en tan sólo una sesión. Y por más que este tipo de método pueda sonar
atractivo, la realidad es que aunque la tinta se remueve casi en su totalidad,
la cicatriz que queda después es horrenda. La dichosa crema remueve también la
piel formando una costra que posteriormente desaparecerá dejando que nueva piel
se forme, dando paso a una marca más clara y poco estética en el cuerpo.
Como podrás ver, no importa
el método que se utilice, las cicatrices son y serán siempre parte del proceso
de eliminación de un tatuaje y si te vale porque lo que quieres es borrarte el
nombre del ex o ese estúpido diseño que te hiciste a los 15, también puedes
considerar cubrir tu tatuaje con un diseño nuevo, siempre y cuando utilices la
misma paleta de colores ya que si el tatuaje viejo es negro y lo quieres cubrir
con uno nuevo en tonalidades de colores será más difícil disimularlo por
completo. Y al contrario, si tu diseño es colorido lo mejor es taparlo con un
nuevo diseño en color negro para evitar que el diseño anterior aparezca de
nuevo con el tiempo.
Antes de decidirte por la
eliminación de tu tatuaje, toma en cuenta que es importante visitar a un
dermatólogo pues existen factores a considerar como son: el tamaño, los
colores, el tipo de tinta, la profundidad de la tinta y la edad del tatuaje.
Además, algo que debes saber es que siempre será mucho más fácil remover un
tatuaje hecho por un profesional que uno amateur, pues estos últimos
generalmente son menos uniformes y la profundidad con la que los hacen es
variable, dificultando así que una eliminación sea exitosa.
Quererse borrar un tatuaje
depende de muchas cosas, pocos son los que se lamentan habérselo hecho y más
son los casos de aquellos a los que ya no les gustó tanto o buscan removerlo
por cuestiones profesionales o personales, pero es por eso que antes de
realizarse uno hay qué pensar muy bien qué es lo que vas a llevar contigo por
el resto de tu vida. Los nombres quedan fuera de la mesa, a menos de que se
trate de algún familiar, ¿pero tatuarse el nombre de la pareja? ¡Olvídalo! Por
más bonita que sea su relación en el momento, algunos años después podrías
arrepentirte de ello.
En estos tiempos en los que
los tatuajes se han convertido en un símbolo de sensualidad y por los que
muchos nos sentimos atraídos, pensar en borrarse uno es casi ilógico, al
contrario, los fanáticos de los tatuajes nos la pasamos pensando siempre en
nuevos diseños y en otras partes del cuerpo que queremos cubiertas con ellos
sin importar si a los demás les parecen estéticos o no. Estamos en una época en
la que negarle el trabajo a alguien por poseer tatuajes es poco probable y se
ha aclarado ya que tras 1 año de haberse realizado uno ya se puede donar
sangre. Aunque cabe decir que todavía existe el pensamiento imbécil en el que
si estás tatuado está bien, pero si eres homosexual entonces tendrás que
hacerte a un lado aunque alguno de tus seres más allegados necesiten de una
transfusión.
Así que ya lo sabes,
piénsale bien antes de realizarte o removerte uno porque esto último será más
caro, doloroso y antiestético que lo primero. En lo personal creo que no
importa si en algún momento ya no te gusta uno de tus tatuajes, todos y cada
uno de ellos tienen cierto significado y por algo están marcados en tu piel,
recordándote una etapa de tu vida que, buena o mala, es una experiencia que
alguna vez quisiste recordar para siempre.
Este artículo es parte de mis colaboraciones mensuales para Revista BETÚN que pueden descargar en iTunes haciendo click en el nombre y también pueden leerme cada 15 días en Boy4ME y eventualmente en el Blog No Tan Rosa.
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