A Papá, que ya no está...



¡Hey viejo! No puedo creer que ya hayan pasado 11 años desde que te fuiste, 11 años desde que pude sentir entre mis brazos cómo tu cuerpo se rendía a pesar de que tu alma seguía luchando. 11 años desde que tus ojos se apagaron viendo directamente a los míos.

Sí, han sido 11 años de dolor, pero ese dolor ha sido equivalente a todas las cosas que no te dije cuando aún estabas aquí, así que hoy aprovecharé este espacio y este día para por fin decir aquello que nunca escuchaste de mi boca. Empezando por un ¡GRACIAS!

Te fuiste cuando tenía 18, y sabes bien que en ese entonces tanto mi vida como la tuya estaban hechas un desastre. No puedo decir que no entendía por lo que estabas pasando, porque lo hacía, pero mi adolescencia y falta de interés no lo consideraron importante. Espero que no me culpes, simplemente no sabía la falta que me harías algún día. Hoy, por ejemplo.

Jamás te agradecí todo lo que me diste; y no hablo en ningún sentido de lo material, porque a comparación tuya yo jamás le he dado importancia a eso. Por 18 años me diste todo lo que estaba en tu poder darme, pero creo que nunca te diste cuenta de que más allá de todo me dejaste las armas más valiosas que alguien le puede otorgar a otra persona, y aunque apenas me doy cuenta, todas esas armas son las que me han llevado a ser el hombre que hoy soy.

Me diste el amor por los perros. Mi madre siempre les ha tenido miedo y un poco de aversión, pero a pesar de ello nuestra casa siempre tuvo la bendición de contar con uno o varios amigos de cuatro patas que alegraban nuestros días, y todo gracias a ti y al gran amor que les tuviste, a pesar de tu fuerte determinación y educación con ellos. Hoy tengo 2 propios papá, estoy seguro de que si los conocieras los amarías tanto como yo, aunque probablemente me regañarías por lo consentidos y mal educados que son. Lo siento, no sé de dónde saqué el corazón de pollo.

¿Te acuerdas de que siempre me dijiste que no me quedara en un solo lugar y viajara tanto como pudiera hasta encontrar mi hogar? Nunca valoré esas palabras tanto como hoy, y en gran parte es porque a pesar de tener una familia tú nunca dejaste de hacerlo, honestamente hubiera querido que encontraras tu hogar con nosotros, pero no te preocupes, hoy entiendo lo que hacías. En fin… ¡Lo hice Pa! No me estanqué, viajé y conocí, experimenté y aprendí hasta que finalmente encontré mi hogar. Gracias por empujarme a no tener miedo.

Gracias también por el orgullo. ¡Juro que nunca he conocido a alguien tan seguro y orgulloso de sí mismo como tú! Me cagabas, tus aires de sabelotodo y de superioridad siempre fueron una molestia, pero no me daba cuenta de que cuando una persona es inteligente, segura y chingona, no tiene por qué ocultarlo y tiene que asegurarse de que otras personas se beneficien de ello para poder ser mejores, en tu caso yo fui esa persona viejo.

Me presionaste y motivaste a ser mejor, a no ser uno más del montón que se conforma con cualquier cosa, a siempre buscar más y mejores oportunidades, a demostrar de lo que estoy hecho y los talentos que tengo. “No importa si decides ser barrendero hijo, sólo asegúrate de ser el mejor barrendero del mundo”, no tienes idea del impacto que esas palabras han tenido en mi vida. Me regalaste el conocimiento, ¿qué puede ser mejor que eso? Me enseñaste todos los días a leer, a investigar, a no quedarme con la duda e informarme de todo lo que me interesaba sin importar lo que fuera. Me enseñaste a ser un hombre culto e inteligente, ¿te acuerdas cómo odiabas ver televisión pero disfrutabas de los programas de concursos que involucraban cultura general? ¡Te sabías todas las respuestas! Qué inteligente eras papá.

Gracias por la música. Aunque ahí te he fallado. Tu sangre musical corre por mis venas, pero a pesar de tus deseos de que la explotara e hiciera algo increíble con ella, he decidido que ese no es mi camino; lo cual no quiere decir que no la disfrute y conozca profundamente gracias a ti. Cómo olvidarte tocando casi toda clase de instrumentos junto a mis tíos y tratando de enseñarme el maravilloso arte de las notas y los acordes. ¡Gracias por The Beatles!

Sé que estarías orgulloso, me inculcaste el arte. Y probablemente tú fuiste el único que siempre supo que un día tendría el valor de animarme a encontrar mi talento y lo daría a conocer sin importar nada. ¿Te acuerdas que cuando estaba por elegir una carrera mamá y tú dijeron que ser escritor no era una carrera redituable y jamás podría hacer nada con ello? Bueno Pa, ¿qué me dices ahora? Sorry, aquí te gané.

No sabes cuánto te extraño. A veces quisiera que la adolescencia no fuera tan dura y nos permitiera valorar más lo que tenemos a nuestro lado. ¿Sabes? Cuando se enoja, mi madre siempre me dice que soy tu viva imagen, y no tienes idea de lo mucho que eso me molestaba todavía hace unos años, porque no quería ser como tú. En unos meses cumpliré 30 papá, y la experiencia y madurez me ha hecho ver que el ser como tú no es un defecto, sino la virtud más chingona que pueda tener. Porque sí, nos destruiste y heriste como nadie jamás lo hizo, pero ese mismo dolor me ha hecho ver en estos años que un gran hombre tiene que aprender tanto de lo bueno como de lo malo, y me he dado cuenta de que a diferencia de ti, tengo la inteligencia suficiente para únicamente tomar y valorar las virtudes sin prestar atención a los defectos. Eso es gracias a mi madre, afortunadamente también heredé muchas cosas buenas de ella.

Ya no tengo nada que reprocharte viejo, puedes estar tranquilo. Y donde sea que te encuentres debes saber que crecí siendo exactamente la persona que querías que fuera, la que me formaste para ser. Me enseñaste a siempre ser yo mismo sin importar lo que los demás pensaran, a ser una mente libre, un hombre seguro, un hombre con amor y pasión por todo lo que hace y por las personas a su alrededor.

En estos días pronuncio poco la palabra “Papá”, pero ten por seguro que no es porque no te recuerde, pero es difícil. Difícil no poder decir “voy a comer con mi padre” o “estuve el fin de semana con papá”, pero la vida me ha enseñado que aunque no estás aquí, tu amor siempre va conmigo.

Lo lograste papá, lograste hacer de tu hijo la mejor persona que puede ser, y seguir buscando eso cada día, y por eso te estaré infinitamente agradecido. A pesar de lo mucho que te extraño, y de que hubiera deseado haber hecho mejor las cosas y aprovechado mi tiempo contigo, hoy por fin estoy en paz padre, y espero que desde el cielo me veas y también lo estés junto a mí. Al final, me aseguraré de que los dos hayamos podido decir que vivimos a NUESTRA manera.


Siempre recordaré que un día mi coraje me hizo desearte la muerte, pero eso queda en el pasado Pa, porque hoy más que nunca quisiera que estuvieras a mi lado. 

Descansa en paz. Te amo por siempre.  

I've got you... Under my skin.

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