El indicado: Cómo saber que tu pareja es la persona correcta
Hace algunos días un amigo me preguntó cómo sabía que mi pareja era la persona ideal que por años había estado esperando conocer. “¿Cómo supiste que este sí y los otros no, que era el momento adecuado con el hombre indicado para tener una relación seria?”, me cuestionó intrigado ya que hace un par de meses empezó a salir con alguien luego de varias decepciones amorosas. Y entonces me di cuenta de que mis amigos no leen las entradas de mi blog.
De mis (fuck, ya casi) 31 años pasé 15 saltando de relación en relación, nunca lo he negado. En esos 15 años, pocos noviazgos tuvieron la importancia de llamarse “serios”; sin que la duración fuera un factor importante porque ¿quién más que uno mismo puede saber lo mucho que se pudo sentir y compartir a veces sólo en dos o tres meses?, y de esos pocos sólo uno tuvo la seriedad y madurez de una relación formal. Viví yendo de una decepción a otra, de fracaso en fracaso, de intento y error, crecí como la mayoría creyendo que todos eran el bueno y que por fin había encontrado el amor, aprendiendo que nada tiene de malo buscarlo, creer en él y darse la oportunidad de vivirlo.
Pero hasta el más pendejo se cansa. Dejé de quejarme y aprendí a reconocer mis errores antes que empezar a ver los de los demás, dejé de conocer gente para empezar a conocerme a mí mismo y me di el tiempo de aceptar que el amor sí es el objetivo de todo ser humano, pero no es el de pareja sino el propio. Ese es básicamente el resumen de casi cuatro años de escritura y más de 170 artículos publicados hasta ahora. En todos ellos el común denominador es el mismo, la honestidad. No pasa nada al admitir cuando la cagamos, en sentirnos orgullosos de pequeños logros o simplemente aceptar cuando la depresión nos esta llevando al carajo, y lo que siempre he hecho es contar cómo lo he manejado y lo que he aprendido de ello. Alguna vez alguien me escribió llamándome “Experto en relaciones fallidas”.
Hoy estoy viviendo la relación más madura de mi vida. Mucho tiene que ver la edad, obviamente no es lo mismo enamorarse al inicio de los veintes que al final de ellos, pero mucho tiene que ver también todo el aprendizaje que pude tomar de mis relaciones pasadas, de mis errores y de las decisiones que en su momento tomé. Y aunque apenas hemos estado juntos por 10 meses, no he tenido reparo en aceptar que mi novio es el mejor hombre que he conocido y que nunca antes había experimentado un amor así. Afortunadamente el sentimiento es recíproco y logramos complementarnos bien.
Así que si de algo sirve mi experiencia para otras personas que como mi amigo se están preguntando cómo saber que la persona con la que están es la correcta, les comparto más o menos por dónde fue la conversación que tuve con él. Y la neta no tiene nada de ciencia cuando se comprende.
Una de las primeras preguntas que tienes que hacerte nos la recuerda Arjona; por más que me cueste admitirlo es una frase TAN chingona porque llega a ser cierta: No te enamoraste de mi, sino de ti cuando estás conmigo. Vamos, ¿lo amo, o amo quién soy cuando estoy con él? La verdad es que a veces yo soy un asno con mi novio, y de la misma manera a veces él es como una patada en los huevos, ninguno es perfecto. Admitir tanto los defectos como las bondades en el otro es primordial para saber si efectivamente lo amamos a pesar de ello, o sólo amamos la idea de una perfección que hemos construido de nosotros mismos. Yo le permito ser tan imperfecto como es y él no le da importancia a aquello que él decide que no la tiene.
No importa qué tan de la mierda haya estado el día, cuando sabes que vas a verlo todo pierde peso. Sabes que vas a poder llegar a descargar el estrés, que va a escuchar y te va a reconfortar haciendo que te sientas mucho mejor. Una persona que te apoya y te anima en todo momento, pero también te permite sentirte mal cuando lo necesitas no se conoce tan facilmente. El universo (no yo) puso a prueba a mi novio a las pocas semanas de habernos conocido y hasta hace apenas unos meses, con un mal año pasado en cuestiones de salud en el que él decidió estar a mi lado todo el tiempo. Nos conocimos en las malas, pero cuando la tormenta pasó nos hizo valorar mucho más las buenas.
Nate es el hombre más inteligente que conozco. A finales del año pasado le presumí orgulloso que había leído 14 libros durante el 2017, me felicitó y cuando le pregunté cuántos había leído él me dijo que no llevaba la cuenta. Hace unos días durante una de nuestras conversaciones dijo que había leído 35. Quizá no quiso hacer menos mi logro en ese momento, pero sabe lo orgulloso que me siento de los suyos. A pesar de todo su conocimiento, es una de las personas más graciosas del mundo. Podemos ser estúpidos si queremos y me tiene carcajeando todo el día, nos hacemos reír con las cosas más tontas pero también motivamos el crecimiento del conocimiento del otro. Toda relación es mucho mejor cuando son más los momentos de risas que los de enojo o duda.
Y así como cuando escribo cuento todo, así hablo con él. No hay secretos ni juicios, puedo ser totalmente honesto y decirle si me siento triste, si necesito estar solo o si me hizo encabronar. Nos comunicamos todo el tiempo y hablamos de las cosas en el momento en el que se presentan. Ninguna relación es perfecta, también peleamos y nos hemos mandado a la chingada, pero nos damos un rato para que se calmen los ánimos y hablamos ya con la mente más clara. Dicen que toda persona tiene sus secretos, sí, pero al menos en mi experiencia compartirlos todos con mi pareja ha sido pieza clave en nuestra relación. El que nada debe nada teme, y ambos sabemos contraseñas de teléfonos y computadoras del otro, con acceso a redes sociales, correo y apps. Ninguno de los dos tiene la necesidad de andar revisando nada, aquí es donde son básicas la honestidad y la confianza.
Tenemos amor propio, placer mental, placer emocional y por último pero no menos importante placer sexual. Y todo viene de vuelta, la comunicación, la confianza, la honestidad, el permitirse ser estúpidos y tratar de convertirse en expertos, el querer uno mismo su cuerpo para así amar el del otro. Ayer veíamos (de nuevo) FRIENDS, el capítulo en donde Mónica quiere competir con Phoebe por tener la relación más fogosa y se vuelve loca por tener tanto sexo como pueda con Chandler. No está mal reconocer cuando la relación pasa por momentos en donde la cantidad de veces que tienen sexo en una semana es menor, porque más allá del ego hay otros factores que influyen en el ánimo de la pareja que nada tienen que ver entre la falta de atracción y la falta de ganas en ese momento.
Si por mi novio fuera tendríamos sexo todos los días, y nunca me he sentido más halagado y deseado en la vida, pero así como tengo la apertura de comunicar mi falta de ganas cuando es el caso, tengo también la misma para experimentar y entregarme al 100% con él. Ambos hemos cedido en algunas cosas y aprendido de nuestros gustos, disfrutando tanto el placer propio como el que le damos al otro. Siempre he dicho y sostendré que el sexo no es lo más importante de una relación, pero es muy cierto que una vida sexual activa y en la que hay comunicación refuerza la conexión entre la pareja.
Mi novio es el amor de mi vida y el hombre con el que quiero compartirla, y supe que había riesgos que tomar pero que valdría la pena cuando me amé primero yo, cuando vi que a pesar de todo siempre me hacía feliz, cuando valoró mis defectos tanto como mis virtudes, me apoyó y me permitió ser yo mismo, cuando enamoró también mi mente y se ganó mi admiración, cuando vi que no había día en el que no me deseara y que hacía del sexo algo todavía mucho más chingón.
He escuchado mil veces que una vez que dudas ya nada es lo mismo, y en parte tienen toda la razón. Normalmente cuando se usa dentro del contexto de una relación se quiere decir que una vez cuestionando a tu pareja todo se va al carajo, pero no es sino todo lo contrario. La duda es lo único que siempre ha llevado al ser humano a avanzar, y si no cuestionas a tu pareja y te cuestionas a ti mismo no habrá avance que rinda frutos. No es malo preguntarse si la persona con la que estamos es la correcta, hay días en los que yo aún me lo pregunto y sé que mi novio ha hecho lo mismo, pero de la duda nace la búsqueda de respuestas, el intercambio de información y a veces un mejor conocimiento que lleva a acuerdos.
Si me lo preguntas a mí, te diré que la persona con la que estás siempre va a ser la correcta, cuando tú seas primero el tipo de persona de la que te enamorarías. Las decisiones que toma una persona que se ama a sí misma la llevan casi siempre a rodearse de las personas indicadas, y a enamorarse de aquellas en las que encontramos lo mismo.
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