Woman...
Estos días soy una mujer. Lo diré así, por
primera vez en mi vida me siento una mujer. Y antes de que se hagan ideas
extrañas y empiecen a hablar de la cuarta letra descriptiva de las siglas de la
diversidad sexual o pregunten si pienso cambiar de sexo, déjenme aclararles que
el tema no va por ahí. Va incluso más allá. A un tema que ni siquiera las
personas transgénero pueden experimentar. La menstruación.
Antes de que se empiecen a
ofender, déjenme aclarar mi punto y hacia dónde va esto. Si nos remontamos al
momento inicial, puedo decir que llevo 2 años lidiando con un absceso en la
parte de pliegue del glúteo izquierdo, pero para ser honestos, ha sido el
último año, y específicamente los últimos meses los que han detonado mi entera
comprensión a ese gran acto de la naturaleza femenina.
Verán, un absceso tiene que ser
drenado; en mi caso ha sido drenado médicamente en 2 ocasiones, yo lo he tenido
que hacer por mi cuenta más de las veces que hasta ahora puedo contar. En lo
que espero por la cirugía que lo remueva definitivamente, el absceso revienta por
sí solo al menos una vez por semana, a veces dos. Esa es la razón por la que no puedo utilizar
pantalones o sentarme, el bastardo convertido en quiste pilonidal no puede ser
molestado o explota, provocando una escena bastante embarazosa de sangre y pus
cubriéndome el trasero y escurriendo por mi pierna izquierda.
Mientras aún iba a la oficina, más
de un par de veces tuve que pedirle a una compañera de trabajo que me
“checara”, justo como lo hacen entre mujeres para saber si me había manchado.
Incluso empecé a utilizar toallas sanitarias para contener el flujo por
recomendación del médico, lo que me llevó a estar preocupado por cambiarla cada
cierto tiempo. Por cierto, ¿¡Cómo demonios lo hacen!? Jamás imaginé la
incomodidad e inseguridad que se siente el usar una toalla sanitaria. Lo peor
vino cuando me di cuenta de que, justo como le sucede a ellas, mi estado de
ánimo y carácter cambiaban al instante.
Estoy seguro de que te suena
estúpido, pero no lo es. Una vez por semana mi cuerpo sangra abundantemente,
haciéndome sentir incómodo, irritable, emocional, cansado y harto de la vida
por los días siguientes, he de decir que hasta mi apetito sexual se encuentra
en estado de recesión para desgracia de mi novio. A diferencia de las mujeres;
como ya lo dije, me sucede una vez por semana, desarrollándose un juego entre
hormona y testosterona de nunca acabar.
Últimamente tengo 3 días buenos y
4 malos, días en los que me cuesta demasiado trabajo salir de la cama, pero aún
así lo hago antes de que mi novio regrese a casa para que no me vea tan cansado.
Este fin de semana nos hemos tomado el domingo por separado. En parte porque el
sábado me drogué tanto gracias a un dolor de muela que me puso a dormir hasta
las 3:00 pm, y en parte porque cuando desperté vi que él estaba disfrutando un
día distinto, así que quise dejarlo hacer sus cosas y dedicarme yo a las mías.
Ambos sabemos que luego de mis casi 4 semanas de incapacidad lo necesitábamos
un poco. Y aún nos faltan peores días por venir tras la cirugía.
Antes de acostarme me retiré la
toalla sanitaria para darme cuenta de que estaba cubierta de sangre, se veía
exactamente como si la hubiera utilizado una mujer. Y por dentro me sentí con
las mismas inseguridades, temores, corajes y emociones. Pero con todo ello
sentí algo mucho más importante, respeto.
Nunca en la vida había
experimentado nada como esto. Nunca había entendido por experiencia propia lo
que siente una mujer en su periodo. Preocupada por si la toalla se nota, por si
se manchó, por disimular su mal humor y poner una sonrisa aunque se están
sintiendo de la mierda. Yo tengo la fortuna de quedarme en casa, pero la
menstruación no es un quiste, no merece incapacidad laboral ante el gobierno.
No, sé que no es lo mismo y que
quizá muchas mujeres se sientan ofendidas por mis palabras, pero a pesar de
todo quiero decirles que entiendo bien por qué son las mujeres las que pasan
por ello, y es simplemente porque los hombres no podríamos vivir así y
continuar con todas nuestras labores ni siquiera por un año.
Sí, la menstruación va completamente ligada
hacia un fin de reproducción, esa es una parte que como hombre jamás entenderé.
Lo que sí entiendo es que alguna vez yo fui de esos adolescentes estúpidos que
se burlaron de una mujer cuando su periodo fue evidente, y que si todos los
hombres pasáramos por lo que yo vivo en este momento, no habría tantos
imbéciles haciendo sentir mal a una mujer por algo que no pueden controlar si
supieran en realidad lo mierda que ya se siente. Mi situación terminará en un
par de semanas, pero las mujeres continuarán sangrando cada día hasta alcanzar
una edad avanzada, al igual que cada día y hasta mi edad avanzada, continuará
mi admiración hacia ellas.
#NowListening: Woman - John Lennon
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