El Número Elevado





Voy a empezar por decir que en verdad tardé un poco más en decidir el tema de esta mi segunda columna. Claro, después de la ola de comentarios que recibí acerca de la anterior y la exposición tan personal que hice de mí mismo tenía que pensar muy bien de qué hablaría ahora. Una serie de tópicos llegaron a mi mente y simplemente no podía elegir, hasta que de repente me llegó el aire de “La Rosa de Guadalupe” y me di cuenta de que el tema de hoy había estado presente durante los últimos días así que decidí seguir las señales sin importar si una vez más terminaba exponiendo experiencias propias.
Últimamente he estado tratando de mejorar mis hábitos personales por lo que empecé a salir a correr por las mañanas, debo reconocer que la mayor parte del tiempo troto y es que para uno como fumador la cosa no está tan fácil. En fin, durante mi recorrido por el bello y conocido Parque México en DF, me detuve en una de las bancas por un momento y tuve la oportunidad de escuchar una pequeña parte de la plática entre dos chavas relativamente de mi edad, una de ellas expresaba su preocupación acerca del número de parejas sentimentales que había tenido y la decisión de contárselo o no a su nuevo novio. De momento me dio risa y no le tomé importancia pero un par de días después preparé mi noche de películas acompañado de mi amiga Soledad y casualmente terminé viendo “Contando a Mis Ex”, de la siempre divertida Anna Faris. Aquí la situación no es la misma ya que ella se preocupa por el número de parejas no sentimentales sino sexuales que ha tenido y la mala imagen que un número elevado puede mostrar de ti.
Vamos, que después de tanto bombardeo tenía que ponerme a pensar en mi caso. Me preparé con pluma y papel y empecé a recordar uno por uno los nombres tanto de mis parejas sexuales como sentimentales. Estoy seguro de que no iba ni por la cuarta parte cuando tuve que rendirme por mi propia salud mental (y moral), lo que me dejó pensando, ¿en verdad es importante el número? Piénsalo, vivimos en una sociedad mucho más abierta en la que el sexo prematrimonial ya no es tan mal visto como lo era hace todavía un par de años y no creas que estoy tratando de justificarme, no, soy y siempre seré el primero en reconocer que cuando alguien dice que soy la versión masculina de Taylor Swift tiene toda la razón. Sé bien que mi vida amorosa ha sido más agitada que el Titanic en pleno hundimiento y bueno, para mi vida sexual no encuentro otro acontecimiento histórico y cinematográfico que pueda describirla.
Investigando un poco leí que la edad promedio de los jóvenes en la actualidad para iniciar su vida sexual son los 15 años. WTF! O la chaviza de hoy es muy liberalita o de plano yo me vi un poco atrasado. ¿Cómo no esperar que el número de parejas sexuales sea elevado si empiezas a ponerle Jorge al niño a los 15? Sabemos que las relaciones amorosas son cada vez menos duraderas en la actualidad y que es mucho más fácil conseguir sexo que amor, sin duda. Entonces… ¿se justifica que uno tenga una vida sexual activa no con una ni con dos, sino con varias personas? No al mismo tiempo claro está, o eso ya es perversión de cada quién.
Yo nunca he tenido reparo en aceptar que mi vida emocional ha tenido más huéspedes que un hotel de esos “todo incluído” en temporada alta y que mi vida sexual no está precisamente en estado de recesión, pero haciendo una pequeña introspección recuerdo una anécdota en la que una de mis ex parejas me preguntó con cuánta gente me había acostado antes y sí, lo admito, tuve qué mentir. ¿Por qué? Porque si Anna Faris en la película se asustaba por andar rondando el número 20, ¡yo merecía la excomulgación! Un caso totalmente diferente ocurrió con la última persona con la que salí por varios meses, para nada le importaba con cuánta gente me había ido a la cama o el número de ex’s que tenía, simplemente disfrutaba estar conmigo por el hecho de estar, y lo más importante, sin juzgar, dando la oportunidad de conocer y de ser quien verdaderamente yo soy. Sin máscaras, sin necesidad de mentir, aceptando y queriéndome por todo lo que hay en mí, sin dejarse llevar por un número. Como bien dicen, “lo que no fue en tu año…”.
Quizá en el caso de las mujeres es muy diferente, reconozco que cuando una chava dice que ha tenido un número de parejas elevado sí saca de onda un poco y es en su mayoría por esa doble moral que aún se maneja en estos tiempos. Se le tacha de golfa, de pronta, ¡de meretriz! (sigo sin saber qué significa eso último pero se escucha feo), en cambio en el caso de los hombres se ve completamente lo opuesto, eres un fregón, conquistador, ¡semental! ¿Neta? Estoy seguro de que muchos se quejan o no están de acuerdo con que sus parejas tengan un currículum amplio, pero estoy igual de seguro que se les olvida a la hora de echar pasión y es que no toman en cuenta que todo lo que ahora hace cuando están en la cama ¡lo aprendió en algún lado! Agradecidos deberíamos de estar de todos y todas aquellas que pasaron antes que nosotros y nos permiten ahora disfrutar de tantas lecciones, y ojo, que con esto no estoy ni alentando ni dando pie a que todos vayan y anden brincando de cama en cama, lo que quiero decir es que si ya lo hicieron, ¿qué más da?
¿Por qué juzgar a una persona que no tiene reparo en vivir su sexualidad de la forma en que ella misma lo decida? Estoy convencido de que nada tiene eso que ver con la capacidad de amar de alguien y de entregarse por completo una vez que encuentra aquél equivalente que alegra sus días y hace que su traviesa entrepierna encuentre calma y satisfacción en esa sola persona. Ser alguien soltero para nada quiere decir que tu sexualidad deba entrar en época de hibernación, así como estar en pareja tampoco significa que van a estar poniéndole como locos a cada momento. ¡Qué padre si sí! El caso aquí es que no podemos dejar que un número afecte nuestro interés por alguien, que nos haga pensar dos veces si queremos o no intentar algo, antes de juzgar ponte a pensar. Probablemente tú hayas tenido sólo dos o tres experiencias en el pasado y creas que eso te da el derecho de exigir lo mismo, pero ¿y si fueras tú el o la que está del otro lado? ¿Te gustaría que alguien dudara de tus capacidades de entrega y compromiso única y exclusivamente por un número? La respuesta es no.

Todos estamos aquí para vivir, para disfrutar, para experimentar y conocer, para amar.  Ya sea que como yo tengas un pergamino de nombres o en tu lista sólo existan un par, no importa, cada quién decide la forma en la que vive su vida y al paso que la quiere llevar, si los jóvenes de hoy deciden empezar a ponerle a los 15, allá ellos. Si nuestra amiga termina casada con su primer y único novio, ¡allá ella! Si tu mejor amigo es un casanova que cada fin de semana despierta crudo y en una cama diferente (roguemos que sea en una cama) ¡qué importa! Uno puede vivir su sexualidad de la manera en que mejor le acomode, siempre y cuando todos lo hagamos con responsabilidad y excesivo cuidado. Porque créeme… de todo lo que te pueden contagiar, las ladillas es el menor de los males. 

Comments

  1. llegue a tener un novio con el que nos teníamos mucha "confianza" y nos dijimos con cuanta gente habíamos tenido sexo, el es 5 años mayor que yo, según el sólo había estado con 4 antes que yo (lo cual ahora si le veo sentido porque era malo jaja) el punto es que yo conocía a 2 de ellas!! me molestaba el saber esa verdad cuando las veía... xq? xq con el fue mi 1ra vez a los 23 jaja cada quien su sexualidad pero si esta mal que a una mujer se nos catalogue como golfa cuando se han tenido varias parejas sexuales (no es mi caso) puedo verle la ventaja como dices de que ya sabe más técnicas... pero yo como persona moralista me pongo más a pensar en el respeto que le debo a mi cuerpo. En fin toda práctica se respeta!

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