El Por Mientras






Es un tanto insensible, tiene un toque de maldad y la verdad es que puede llegar a ser un acto muy frío pero a pesar de todo nadie nos hemos salvado de cometerlo o peor aún, de ser víctimas de ello. Pasamos la vida esperando que el verdadero amor llegue, que aquella persona que nos haga suspirar y nos robe el aliento se ponga frente a nosotros y juntos nos trepemos a un caballo blanco para salir trotando hacia el horizonte cual novela de Carla Estrada. ¿Y qué pasa durante la espera?
Todos hemos sido o tenido un “por mientras”, esa persona que no nos llena tanto como para soñar una vida juntos pero tampoco nos desagrada del todo para decidir no entretenernos y pasarla bien por un rato. ¡Tómala! Qué feo se escucha pero debo decir que es simplemente una verdad que todos los días ocurre en la vida de alguien. No me digas que no, y es que resulta tan sencillo verlo de esa manera y tener a alguien a nuestro lado con quien no nos comprometemos al cien porque algo le falta, porque no nos mueve como quisiéramos o porque por el momento no hay nadie más que sí lo haga. A esa persona que ni la debe ni la teme vamos a llamarla “el por mientras”.

Vamos a profundizar un poco en el tema. ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué lastimar a una persona que quizá sí está poniendo todo de su parte para que una relación funcione? ¿Por qué no simplemente estar solos hasta que llegue por fin el o la adecuada? Podría haber mil razones y respuestas pero me aventaré a decir que la más válida de ellas es ese temor a estar solos. Muchos no hemos descubierto la clave para poder sobrellevar una completa soltería y aprender a disfrutar de nuestro tiempo, de nosotros mismos y es ahí cuando quizá inconscientemente empezamos a buscar el amor hasta por debajo de las piedras y de repente llega alguien que nos habla bonito, que nos procura, que nos ofrece esa compañía que tanto necesitamos pero que esperábamos recibir de otra persona. No tenemos el valor de decir “no, gracias” y lo sustituímos por un “¿por qué no?” que a la larga no va a resultar en nada porque desde el inicio estamos conscientes que no queremos un futuro o una relación seria con él o ella, porque tenemos la idea de que allá afuera hay alguien más que reúna todos los requisitos que en tu mente ya decidiste que debe de tener la persona con la que vas a estar, pueden ser físicos, emocionales o profesionales. Quizá “el por mientras” no es tan guapo como nos gustaría, a lo mejor no es tan entregado o entregada como esperamos o puede que estemos buscando a alguien con metas y un futuro demasiado prometedor, que tenga una profesión con la que pueda llegar a ser alguien importante y nos motive a estar a la par y la verdad es que si eso es lo que tenemos en mente por una de ellas que no cumpla empezamos a dudar y nuestro inconsciente convierte a la persona con la que estamos en alguien no apto para el futuro pero con suficientes cualidades como para que nos acompañe en la espera.

Sí, puede ser que cometamos este acto tan maldito de manera inconsciente y no nos demos cuenta sino hasta que un día llega esa persona “perfecta” y no nos cuesta nada mandar a volar al otro o la otra que tanto cariño nos brindó por un lapso de tiempo. ¿Será eso o de plano será que uno sólo es muy “accesible”? (por no decirlo de otra manera ya que como columnista decente debo cuidar mi lenguaje). Sea cual sea el caso me parece reprochable que no tengamos los suficientes blanquillos para hablar con la verdad, para decir que NO cuando sabemos que no es lo que esperamos, para darnos nuestro tiempo y aprender a estar solos, y sí, también para madurar y darnos cuenta de que no hay persona perfecta y que todos esos requisitos que deseamos en alguien son absurdos y que si nos apegamos tanto a ellos podemos sentarnos a esperar cómodamente mientras una manada de gatos empieza a rodearnos.

Piénsalo tú que estás leyendo y lo hiciste alguna vez, ¿crees que es justo? ¿Cómo te sentiste cuándo estuviste tú del otro lado? Quizá no te diste cuenta que tú eras el por mientras, nunca notaste nada raro y un día te dejaron y no supiste ni por qué. Pero aún así te sentiste mal seguramente. Tengo que decir que yo lo he hecho y me lo han hecho también, cuando yo lo hice estaba plenamente consciente de mis actos, de que no estaba enamorado pero que la persona me hacía sentir bien y no estaba tan mal como para no aprovecharla, sí, me refiero al sentido un tanto vulgar de cuando decimos que alguien “está más sabrosa que tragar cuando tienes hambre”. ¡No lo puedes dejar pasar! Tu ego o tu soledad hablan por ti y de inmediato empiezas a seguirle el juego convirtiéndote en ese que tiene el “poder” de terminarlo cuando se te de tu gana. Y así fue, cuando me cansé o vi algo que me interesaba más en otro aparador agarré mi caballo y me dí la vuelta para trepar en él a alguien que creí más competente. ¿Lo era? Sigo soltero, ahí la respuesta.

¿Qué pasó cuando fui la víctima? La verdad es que no me di cuenta hasta después de que yo era ese pobre tonto ilusionado mientras mi ex aún seguía en la incansable búsqueda del hombre ideal, sino hasta que todo terminó y a la semana me enteré de que ya tenía un nuevo novio que en palabras textuales “sí tenía todo lo que buscaba”. ¡Ouch! La neta no se siente nada padre, el ego se te va por los suelos y te sientes desecho fecal porque alguien piensa que no eres lo suficientemente bueno como para ser un “para siempre”. La verdad me duró muy poco el malestar ya que como era de esperarse el karma existe y mi antes no tan estimado colega le aplicó la misma a mi ex al poco tiempo dejándolo también como desecho fecal, pero diarreico.

¿Buscas a alguien perfecto? ¿Por qué no empezar por encontrar esa perfección en ti mismo? Dices que quieres a alguien decente y diferente pero tú andas subiendo a Facebook fotos semi desnudo(a), dices que quieres a alguien con una buena carrera o un buen trabajo pero tú aún eres becario o limpias mesas en un café (no digo que sea malo), dices que buscas a alguien de buenos sentimientos y que crea en el amor verdadero pero tú vas y te acuestas con el primero que se te cruza por el frente y se te hace de buenos bigotes. ¡Coherencia banda! ¿Cómo esperas recibir algo que tú no conoces? Quieres un príncipe azul o una princesa cuando tú te comportas como una zorra cada que sales de antro, nada cool. Nadie más que tú mismo puede empezar a cambiar todas esas actitudes que no te gustarían en alguien pero que tú tienes tan arraigadas, tienes que darte cuenta que no puedes pedir en alguien algo que tú no estás en posición de ofrecer. Saber y aceptar que no eres perfecto pero que por lo mismo no existe ese hombre o esa mujer que va a palomear todos los requisitos de tu lista. Antes de pensar en lo que quieres de alguien ¿por qué no piensas en lo que quieres de ti? Somos muy inteligentes como para desechar personas porque no son lo suficientemente buenas pero le jugamos al tonto a la hora de ver que uno tampoco lo es y creemos que tenemos el derecho de ser el que elige, ¿por ser guapo? ¿Por tener un buen trabajo? ¿Por qué? La verdad es que nadie es lo suficientemente bueno porque siempre habrá otra persona mejor que tú. Lo importante es no tratar de ser perfecto pero sí de encontrar esa perfección interna dentro de los límites de lo posible y siempre actuando con coherencia. ¿Cuántas veces no escuchamos a alguien que dice querer que lo tomen en serio cuando anda por la vida jugando/acostándose/ligando con tantos le lleguen? Así no. Nadie te va a tomar en serio hasta que no te tomes en serio tú mismo, hasta que no dejes de jugar con las personas y detengas esa lista de “por mientras”, el o la indicada pueden llegar sin duda, pero no lo van a hacer hasta que tu mente, tu corazón y tu cuerpo estén en sintonía y se expresen de la misma manera no para el gusto de los demás sino para el tuyo propio.

No está nada padre jugar con los sentimientos de alguien o tenerlo como plan B nada más por no querer estar solos y tener quién nos consienta, con quien salir o con quien echar pasión. No está nada padre ser ese “Blah” de alguien que en el fondo sabe que jamás se va a enamorar de nosotros. Jamás estará padre estar esperando el amor porque puede que jamás llegue o en su defecto, que llegue y no nos demos cuenta por esa mentalidad tan absurda de buscar la perfección en alguien. Vamos a dejarnos de niñerías y a empezar a ser honestos con nosotros mismos, a encontrar la madurez emocional que tanto bien nos hace a todos y a actuar conforme a lo que también esperamos de alguien porque es la única manera de llegar a tener algo real y duradero.


Total, no sabemos si esa persona con quien estamos será la que nos acompañe en el camino de la vida, no hay forma de estar seguros de ello pero no podemos verla como el por mientras sólo porque no cumple los requisitos. Al final una cosa también es segura para los que están del otro lado, para los que sienten que son el por mientras: si algo ahí te dice que no se compromete al cien y que no te quiere como podría, es simple y sencillamente porque no te quiere. 

Comments

  1. Así era yo, todo eran "por mientras" no lo hacía de manera consciente pero así fue. Siempre me costó trabajo andar sola por la vida porque prefería tener perro que me ladre. Hasta que tuve una relación larga, me aferré tanto a que era el indicado que no me di cuenta del daño que me estaba haciendo por convertirse en una relación de total destrucción. Por más que quise arreglar los problemas, no iba a pasar nada porque él no ponía de su parte. Después de 2 años finalmente lo corté (la mejor decisión de mi vida) desde entonces llevo un año y medio soltera... mejor sola que mal acompañada, y no jugar con los sentimientos de alguien, porque a pesar de que tuve muchos novios y yo los cortaba, irónicamente yo era la que ponía el 200% de mi y aún así me mentían o fueron infieles =( jajaja

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